El RGS es un sistema  de riego que ha despertado en los últimos años un interés creciente entre los agricultores por varios motivos que están impulsando su crecimiento:

  • Desarrollo de nuevas tecnologías en sistemas de tubería con emisores especialmente diseñados para uso en RGS, fabricados en materiales plásticos de última generación que mejoran considerablemente a los sistemas tradicionales de riego por goteo.
  • Evitar obstáculos de las tuberías portagoteros con las operaciones normales de cultivo, como pueden ser las labores de cosecha, laboreo del suelo, poda, etc. Con objeto de evitar estas molestias, la respuesta más práctica y efectiva es enterrar el sistema de riego.
  • Minimizar posibles daños mecánicos originados por animales, vandalismo y labores de cultivo.
  • Conseguir un sustancial ahorro de agua con respecto a otros sistemas de riego siempre y cuando el diseño de la instalación y su manejo sean los más adecuados.
  • Reducir costes energéticos, ya que el RGS trabaja a baja presión y, por lo tanto consume menos energía que el riego por aspersión.

Actualmente se dispone de suficiente experiencia y documentación necesaria sobre diseño, instalación y manejo de RGS, que nos van a ayudar en gran medida a los técnicos y agricultores; permitiendo tomar decisiones acertadas a la hora de llevar a cabo la implantación exitosa de estos sistemas de riego.

Figura 1: Cultivo de alfalfa con RGS: la ausencia de obstáculos mejora  su mecanización y manejo.

En base a la descripción general realizada en el artículo anterior, podemos decir que el RGS presenta ventajas e inconvenientes que es necesario conocer para una toma de decisiones óptima cuando existen distintos sistemas de riego disponibles (Lamm y Camp, 2007). Las Tablas 1 y 2 resumen respectivamente estas ventajas y limitaciones. En los siguientes apartados se discuten las más relevantes, haciendo énfasis en los principales inconvenientes que pueden en ciertos casos de comprometer la sostenibilidad y viabilidad económica de este sistema de riego.

 

Resumen de las VENTAJAS potenciales del RGS respecto a otros sistemas de riego. Algunas de estas ventajas son comunes al riego por goteo superficial.

  1. Aumento de la eficiencia en el uso del agua de riego debido a (1) mayor producción de los cultivos sin incremento en la aplicación de agua, (2) reducción de los usos no beneficiosos del agua (evaporación, escorrentía superficial, percolación profunda), (3) mayor uniformidad y eficiencia del riego, y (4) mayor infiltración y almacenamiento de agua en suelos más secos y menos encostrados.
  2. Reducción del volumen de riego aplicado (especialmente en zonas áridas y frente a sistemas de riego que mojan toda la superficie del suelo) excepto si se utiliza para la germinación, emergencia e implantación del cultivo.
  3. Independencia de las condiciones meteorológicas (viento y elevadas temperaturas) para el riego, al contrario que en riego por aspersión.
  4. Incrementa el volumen de suelo humedecido respecto al riego por goteo superficial, a la vez que mejora las condiciones de aireación en las capas superiores, al no provocar zonas de saturación de agua en ellas.
  5. Mejor manejo de fertilizantes y pesticidas que se inyectan al sistema localizándose en el lugar y momento más adecuados, lo que aumenta su eficacia y reduce las pérdidas por lavado (especialmente en el caso del nitrógeno)
  6. Mejora la nutrición de la planta. Se administra el agua y los nutrientes directamente al sistema radicular, especialmente aquellos que son poco móviles en el suelo como el potasio y, especialmente, el fósforo. Así, parte de estos abonos no quedará fijada en perfiles muy superficiales del suelo donde no está disponible para el cultivo, sino que podrá ser aplicada directamente en la zona de mayor densidad radicular
  7. Menores efectos externos sobre la calidad de las aguas debido a que la aplicación de riegos frecuentes y ligeros reduce el lavado de nutrientes y agroquímicos por debajo de la zona de raíces.
  8. Reduce el riesgo de obturación por precipitados al encontrarse el gotero en un entorno menos propenso a sufrir desecaciones y altas temperaturas.
  9. Reducción de la percolación profunda y de la recarga de las aguas subterráneas, menor ascenso de los freáticos y menor salinización del suelo en áreas afectadas por freáticos superficiales salinos.
  10. Mayor posibilidad de utilización de aguas residuales (especialmente en jardines) debido a la reducción del movimiento de patógenos, olores y contacto con humanos y animales. Además, la aplicación de efluentes biológicos con este sistema puede reducir las necesidades de tratamiento de las aguas.
  11. Mejora de la sanidad de los cultivos y reducción de las enfermedades causadas por patógenos, hongos y bacterias debido a menores valores de humedad en el entorno del cultivo.
  12. Mejor control y reducción del crecimiento de malas hierbas debido a la menor humedad de la superficie del suelo. Consecuentemente, hay una reducción en el empleo de herbicidas, maquinaria (ahorro de combustible) y personal.
  13. Mejor utilización de aguas de riego salinas en comparación con el riego por superficie y en cultivos establecidos, debido a una distribución de sales más adecuada en la zona de raíces de los cultivos.
  14. Incremento en el rendimiento y calidad de la producción y mayores oportunidades de obtener dobles cosechas en muchos cultivos pudiendo llegar a alcanzar aumentos de hasta  el 20%.
  15. Mejora de la eficiencia y gestión de las operaciones agrícolas ya que muchas de ellas pueden realizarse durante el riego. Estas operaciones, al llevarse a cabo en el suelo con la superficie seca, resultan en una menor compactación y encostramiento del suelo.
  16. Ahorra mano de obra. En caso de ser necesario realizar labores cruzadas, no será necesario retirar y volver a tender los laterales de riego.
  17. Menores presiones operacionales y costes energéticos que en algunos tipos de riego por aspersión.
  18. Mayor ahorro de energía debido a la reducción en el tráfico de maquinaria y, en algunos casos, la reducción en las aplicaciones de agua, fertilizantes y pesticidas.
  19. Menores componentes mecanizados que en el riego por aspersión con sistemas desplazables. La mayor parte de los componentes son plásticos y resistentes a la corrosión.
  20. Mayor flexibilidad de diseño y adaptabilidad al tamaño y forma de las parcelas que en los equipos Menores limitaciones en cuanto a la pendiente del terreno que en riego por superficie.
  21. Mayor longevidad (>10 años) en sistemas bien diseñados y mantenidos. Al ser un sistema enterrado se encuentra protegido de la radiación solar, cambios bruscos de temperaturas, daños de animales y vandalismo. Un sistema mantenido cuidadosamente puede llegar a alcanzar una vida útil de hasta 20 años.
  22. Mayor rentabilidad, aunque depende en gran medida de las condiciones y restricciones locales, especialmente en relación con la disponibilidad y coste del agua.

 

Resumen de las LIMITACIONES potenciales del RGS respecto a otros sistemas de riego.

 

  1. Los errores de diseño son difíciles de resolver porque la mayor parte del sistema está enterrado. Dificultad en monitorizar y evaluar los eventos de riego y el mal manejo del sistema, lo que puede provocar una deficiente uniformidad de distribución del agua, zonas Infra- y sobre-regadas, deficiente aireación del suelo, menores rendimientos y elevadas pérdidas de percolación profunda.
  2. Tamaño limitado del bulbo húmedo, particularmente en suelos arenosos de textura gruesa, que puede restringir el desarrollo radicular y hacer críticos tanto el calendario de riego como la dosis de agua y fertilizantes.
  3. Descarga de los emisores superior a la capacidad del suelo para redistribuir el agua aplicada, alterando los flujos y provocando flujos preferenciales y surgencias de agua en la superficie del suelo.
  4. Insuficiente movimiento del agua hacia la superficie del suelo, especialmente en suelos de textura gruesa, limitando la germinación y establecimiento de los cultivos herbáceos y aumentando las necesidades de aplicación de agua para lograr una humedad óptima en la cama de siembra.
  5. Acumulación de sales sobre las líneas portagoteros y, particularmente, cerca de la superficie del suelo, perjudicando la germinación y emergencia de las plántulas. En ausencia de lluvias que laven las sales, su progresiva acumulación puede limitar seriamente la producción de cultivos sembrados en años sucesivos en estas zonas salinizadas.
  6. Laboreo del suelo limitado por la profundidad de instalación de las líneas portagoteros. Las líneas superficiales pueden dañarse y/o aplastarse por el tráfico de maquinaria agrícola durante el cosechado, en particular en condiciones de suelo húmedo.
  7. Dificultad de acomodación de cultivos con distintos espaciamientos entre filas a la distancia fija entre las líneas portagoteros. Algunos cultivos pueden necesitar espaciamientos entre líneas portagoteros tan pequeños que resultan económicamente inviables.
  8. Elevada necesidad de filtrado y manejo complejo de la calidad del agua debido a que no existe la oportunidad de una limpieza manual de los emisores.
  9. Operaciones de mantenimiento de la instalación, entre las que se incluyen el control estricto de fugas, los tratamientos preventivos para impedir la intrusión de raíces en los goteros, los lavados periódicos de las partículas de suelo y otros precipitados acumulados en las líneas portagoteros, y la instalación de válvulas antivacío capaces de evacuar el aire de las tuberías. Todo ello aumenta los costes operacionales que pueden comprometer la viabilidad económica del sistema.
  10. Mayor coste inicial de la inversión que en riego por aspersión (cobertura total y sobre todo pivotes), en especial en parcelas medianas y grandes con topografía regular. Los costes pueden llegar a ser entorno 50% mayores que los de una cobertura total. Esto hace que el sistema sea difícil de rentabilizar si no existen limitaciones en la disponibilidad de agua y consumo energético o si los cultivos no tienen una alta productividad económica.
  11. Problemas ecológicos a la hora de abandono de las líneas portagoteros. Todavía no está resuelto el procedimiento para eliminar los restos del goteo enterrado de una parcela.

Figura 2: Intrusión radicular en gotero (Lamm & Camp 2007)

Figura 3: RGS en suelos de textura gruesa: pérdidas de agua por percolación profunda y limitación de crecimiento en cultivo de maíz (Sarga 2017).

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